¿Quién gana en la reelección en Chiapas?
Código Nucú / César
Trujillo
La
reelección de presidentes municipales y diputados locales debería partir, si
esto no fuera un nido de impunidad, de la rendición de cuentas. Sería, en justa
medida, una forma de que los ciudadanos califiquen el desempeño de sus
representantes y que den su voto de confianza o que castiguen la forma en que
trabajaron. Sería, como señalara el Instituto Mexicano para la Competitividad
(IMCO) el año pasado en su análisis de la política electoral, una forma de
incentivar a quienes ocupan puestos de elección popular y que anhelan seguir
trabajando en pro de los ciudadanos. Sería, sí, pero no es.
Y
no es, considero, simplemente porque los mecanismos a los que están sujetando a
la reelección traen ya un dejo marcado de ese fenómeno que lacera la democracia
en nuestro país y que la ha sujetado a un carácter inamovible de incredibilidad:
la corrupción. Porque es bien sabido que mientras se ponderen elementos que
abonen de forma latente a mantener las viejas prácticas (herencia de la
política rancia) nada va a cambiar y la continuidad de los políticos en los
cargos mencionados estará sujeto a intereses particulares, y a canonjías, por
supuesto, sin importar si el trabajo realizado en menos de tres años fue bueno
o no.
En
teoría, la reelección dentro de los ayuntamientos y en el Poder Legislativo
local suena como un recurso que todo sistema debería tener si la democracia no
fuese simple palabrería manipulada, y vejada por las cúpulas y los institutos
políticos desde las mañas que prevalecen en cada temporada de comicios. Suena,
y evoca, a las piedras que la fuerza de la corriente arrastra en temporada de
lluvia. Porque si bien, teóricamente hablando, este proceso debería permitir “un
mejor ejercicio de rendición de cuentas”, basta ver la fórmula que les regala la
resolución emitida por el Tribunal Electoral estatal, aunque carezca de
sustento en una jurisprudencia, para ver que los dados van cargados y de forma
cínica.
¿Que
no será necesario retirarse del cargo que ejercen para poder participar como
aspirantes, nuevamente, al cargo que están ejerciendo? Puede ser. Mantenerse
trabajando sin necesidad de hacer campaña y mostrando con hechos lo que han
logrado debería bastar. Es decir, no hay necesidad de dejar el cargo si el
desempeño es óptimo, si el trabajo es arduo y si los ciudadanos están contentos
con el papel que su presidente municipal o su diputado han hecho. Eso permitiría tener, también, un
ahorro sustancial y dejar de tirar dinero que bien podrían emplear en hacer
mejoras en sus municipios.
Sin
embargo, señalar que no importa si la Cuenta Pública está en regla o no, para
tener derecho a buscar la relección, es una carta de impunidad que permite a
los alcaldes (principalmente) curarse de salud y, al vil estilo del Súper Mario
Bross, comerse tres honguitos de los verdes para obtener tres años más de
permisos en el que puedan seguir saqueando al pueblo. Resulta muy temerario
evocar a que los que aspiren a la reelección cumplan “irrestrictamente,
puntualmente y sin excusa alguna, las obligaciones constitucionales en materia
de ejercicio de recursos públicos para las propagandas que van a hacer al
respecto”, y nada más. Es como decir que no importa si su pasado está ataviado
de manchas de corrupción o de inoperancia, y que sólo es de interés que el
dinero a usar en sus campañas sea bien dirigido para evitar sanciones.
Por
eso la reelección en Chiapas no es la opción que debería ser. No cuando se
están dando armas a los gandayas, cuando se está dando ventaja a los que
ostentan el poder. Hoy, me atrevo a decir, ésta no representa la forma en que
se puede castigar o premiar a quienes solo han llegado a servirse con la
cuchara más grande. Porque a fin de cuentas parece todo diseñado para que las
elecciones sigan siendo mero trámite en donde unos cuantos deciden el rumbo de
las cosas, en donde imperan los intereses cupulares y los pobres son la fábrica
de votos que marcha al son que los programas asistenciales les marquen, donde
los compadrazgos y las prebendas permiten a los mismos seguir enquistados en el
sistema, pero sobre todo en donde ganan los mismos de siempre y perdemos los
ciudadanos.
Manjar
Si el Partido de la Revolución
Democrática (PRD) desde la nacional palomea para que en Chiapas el sol azteca
forme parte de la candidatura común, las dudas y elucubraciones de algunos
quedarán ya más que soterradas. Si los joseanistas tenían un ápice de esperanza
de que aún su gallo se colocara, con esto podrían dar por finiquitado ese
sueño. Veremos ahora si los líderes estatales de los partidos se sientan y
acuerdan a quién van a abanderar, y muestran ya la carta que debe enfrentar a
Albores y su “Todos por Chiapas”, y a Rutilio y el “Juntos haremos historia”.
Por lo pronto, Enoc Hernández, líder de Podemos Mover a Chiapas, ha convocado a
conferencia a las 10:00 horas en el salón Quetzal, del Hotel María Eugenia. ¿Se
saldrá de la candidatura? ¿Caminará solo? ¿Será él el candidato del morado?
Seguro en unas horas más lo sabremos. #AúnHayMás
// La recomendación de hoy es el
libro Jinete en contra de Elva Macías y el disco Sticky Fingers de Rolling Stones. // Recuerde: no compre mascotas,
mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
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Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.
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