Inválida, la justificación de Ovando
Código Nucú / César
Trujillo
La
diputada y presidenta del Partido Acción Nacional (PAN) en Chiapas, Janette
Ovando Reazola, trató de sacudirse la culpa sobre la aprobación de la Ley de
Seguridad Interior con una justificación burda y cargada de impericia, para
alguien que ocupa una curul en el Legislativo. Su argumento es que se ausentó
del pleno “como última posibilidad de frenar la aprobación inminente de
proyectos a modo de las fuerzas políticas que hoy ostentan el poder ejecutivo y
que pudieran afectar el Estado de derecho constitucional en pleno respeto a los
derechos humanos” (sic). ¡Vaya joya!
Parece
que la diputa de Acción Nacional olvida que quien es omiso comparte la misma
responsabilidad que aquellos que la aprobaron y que, en todo caso, debió votar
en contra para no violentar su responsabilidad como asambleísta y mostrar que
quienes la eligieron (si es que así fue) estaban “dignamente” representados.
Sin embargo, siendo parte del mismo mal, y conociendo su modus operandi, hacer
eso significaba ir en contra de los intereses cupulares y no la dejaría bien
parada: situación que para ellos (los diputados) que viven de canonjías es de
suma importancia.
Pero
este actuar de la legisladora no es nuevo y se encuentra publicado tiempo atrás,
incluso. Recordemos el 17 de septiembre, del año en curso, cuando el periódico
de circulación nacional El Universal
documentó que a 10 diputados se les sancionaría por ausentarse durante
la votación para instalar la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. En este
listado figuró el nombre de la diputada Ovando y les costó, a todos, varias
sanciones, aunque parece que no aprendieron la lección.
Coincido
plenamente con Janette Ovando en que la Ley de Seguridad no presenta una justificación
para ser aprobada, así como que carece de una adecuada fundamentación para
sostenerla, pues representa un riesgo para la sociedad en el ejercicio de los
derechos humanos plasmados en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos: derechos, que hay que recalcar, son vejados sistémicamente por un
Estado opresor como el nuestro. Pero eso sí, de nada sirve que quiera quedar
libre de culpa con un mensaje difundido en las redes sociales si cuando tuvo la
oportunidad de oponerse desde la Cámara Baja, y acorde a su carácter de
legisladora, no lo hizo.
Todo
lo escrito en su página del Facebook pudo haber sido dicho en tribuna, frente a
sus compañeros de bancada, contra los intereses de las cúpulas partidistas y
ratificado con una negativa, sí, contrariando a las indicaciones que reciben
para ver qué aprueban y que no. Es más: pudo haber cabildeado y orquestado una
lucha en donde, entonces, sí creyéramos que está del lado de la gente y en
contra de la intervención de las fuerzas armadas, pero eso es pedirle peras al
olmo.
Todos
los legisladores, a fin de cuentas, persiguen intereses particulares y obedecen
a otros actos que dentro de la política los orillan a actuar de uno u otro
modo. Hizo mal la diputada panista en jactarse de haberse desentendido de la
votación, en pretender que, con esa justificante tan pueril, los chiapanecos
aplaudieran su decisión. Porque pareciera que olvida que a estas alturas se
requieren diputados comprometidos con México, con Chiapas. Al fin de cuentas se
opusiera o no la Ley de Seguridad ésta iba a pasar porque la mayoría iba a votar
a favor.
Acá
el asunto es ese discurso buscando jugarle al leal, al “yo no fui”, a tirar la
bolita y esconder la mano, porque en el fondo ella sabe perfectamente que su
acto no sirve de nada. Que si se quiere pugnar contra ese tipo de leyes, que
están ahí para vejar la libertad de los mexicanos, no es huyendo de la sesión
como se hace, ni tampoco agachando la cabeza, ni tapándose los oídos como
cuando de niños repetíamos el “no oigo, no oigo, soy de palo…”; quizá revisar
la historia y releer los discursos de Belisario Domínguez le ayuden un poco.
Lo
justo sería, sí, que los legisladores se fajaran y enfrentaran aquello que
saben va contra el pueblo. Pero eso no pasará porque en el fondo tienen
conciencia que ellos, amigos lectores, son parte del mismo mal.
Manjar
Lamentable
el homicidio del alcalde de Bochil de extracción priista, Sergio Antonio
Zenteno, a quien privaron de la vida el día de ayer en pleno centro de la
ciudad y que llevaba, según han dicho, más de un mes sin despachar desde su
municipio. Pero más allá de ello, vivimos en tiempos de descomposición donde a
cualquiera se le mata, en cualquier sitio y a cualquier hora. Porque más allá
de los discursos y comunicados oficiales donde se repudian enérgicamente los
crímenes, donde se hablan de líneas de investigación, donde se juzga al
ejecutado, lo cierto es que para nada somos un estado seguro ni tenemos a la
ciudad más segura, como nos han tratado de vender desde hace rato. #DescanseEnPaz // La recomendación de
hoy es el libro La Democracia en América de
Alexis de Tocqueville y el disco Something
Else By The Kinks de The Kinks. //
Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué
hacer, póngase a leer.
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