Arranca disputa por el Frente en Chiapas
Código Nucú / César
Trujillo
El
líder nacional del Partido Movimiento Ciudadano, Dante Alfonso Delgado Rannauro,
llegó a Chiapas para hacer el destape de la diputada federal María Elena Orantes
López como precandidata a la gubernatura en los comicios 2018. Éste se da justo
después de que el exsecretario del Campo, José Antonio Aguilar Bodegas,
renunciara al Partido Revolucionario Institucional (PRI) el día sábado y al que
la rumorología lo ha postulado como probable precandidato por el Frente
Ciudadano por México, coalición que conforman el Partido Acción Nacional (PAN),
el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el arriba mencionado.
Lo
cierto es que el madruguete que buscan mover desde el partido naranja es, a
todas luces, hijo putativo del agandalle: característica primordial de la
legisladora (y su líder nacional) que quiere, a fuerzas, aparecer en las boletas
rumbo al 2018 y que ha tomado muy en serio a las voces que desde el Poder Legislativo
le han dicho que sí tiene oportunidad de llegar, que mire para atrás, que la
historia no miente y que las coaliciones opositoras al PRI han dado buenos frutos.
¡Uff y recontra uff!
Lo
cierto es que, al menos yo, desconozco de qué encuestas habla Dante Delgado cuando
dijo que éstas “señalan con precisión a María Elena Orantes como ciudadana” y
que, por ende, es “la mejor posicionada de todos los candidatos”. Si bien es
cierto que todos somos ciudadanos, es bastante burdo que un líder nacional
pretenda imponer el término “ciudadano” a una mujer que no ha hecho nada desde
los puestos que ha ocupado desde hace más de 12 años en el Legislativo, por
ejemplo.
Tampoco
sé de dónde ha sacado la frase “todos los candidatos” como si la lista de
quienes están desesperados por figurar en el Frente Ciudadano fuera larguísima
y no conociéramos a los pocos suspirantes. Lo claro en este “destape” es la
imperiosa necesidad de mostrarse con antelación, porque sabemos que a los que
anhelan ser abanderados del Frente el mismo Gobierno de Chiapas los infló y no
los va a parar, porque a todos les dijo que sí pero no para cuándo (grosso
error).
Por
eso, donde señalo que trae trasfondo el destape me refiero a que un secreto a
voces son las reuniones (más de dos veces, dicen algunos) que Delgado ha tenido
con Manuel Velasco Coello donde han tomado decisiones sobre el qué y cómo van a
apuntalar la candidatura de la diputada Orantes López; como el góber las ha
tenido con otros que también suspiran y a los que alienta como si jugara a ver,
desde la tribuna, la pelea de sus siervos mientras degusta una copa de vino.
En
el caso de María Elena Orantes saben que perderá en la práctica, pero eso les
da beneficios para poder apuntalar sus intereses cupulares: los celebrados en
el centro del país desde hace mucho, por cierto. La muestra clara de que están
alineando las cosas fue ver en entrevista a la diputada acuerpada por el
legislador Rubén Velázquez. Sí, el exsecretario General de Gobierno en el
pabliato y quien, hay que señalar, se lamía los bigotes por ser él ungido como
precandidato, pero parece que ya le aplicaron la de “donde manda capitán, no
gobierna marinero” y lo bajaron de su nube voladora.
Lo
que sí no debemos pasar por alto es que la señora Orantes tiene muy claro qué
es lo que busca. Quienes conocemos su trayectoria sabemos perfectamente que
sabe implementar bien su estilo de operar y sus apuestas están bien
capitalizadas: ganar perdiendo es una fórmula infalible. Porque a eso le
apuesta y, hasta ahora, le ha dado muy buenos dividendos desde donde se vea.
No
se equivocaron aquellos politólogos que señalaron que Delgado estaba
chantajeando fuerte y por todos lados para poder manosear a su antojo un Frente
que nació con la marca de las bestias: pero no piense mal que no se trata de
nada diabólico, sino de la inoperancia que han tenido para hacer sus cosas
muchos de ellos.
Veremos
ahora cómo se mueven las aguas en Chiapas y si los panistas, bajo el liderazgo
de la diputada federal Janette Ovando Reazola, y los perredistas bajo la batuta
del camarada César Espinosa Morales, avalarán y acuerparán la apuesta del Movimiento
Ciudadano con la diputada María Elena Orantes como precandidata de la coalición,
lo que sería machetazo a caballo de espadas para verdes y priistas que buscaban
refugio.
Vientos
de jaloneos y de arrastre de intereses particulares, de estira y afloje, son
los que vienen. Mientras la gran mayoría piensa en los buenos deseos y en las
doce uvas, otros van a amarrar los pactos para verse beneficiados a futuro. Ya
veremos si todos cierran filas y Orantes se impone a los otros que están
sacando sus mejores armas para mostrar qué y cuánto pueden ofrecer rumbo a la
sucesión gubernamental donde, gane quien gane, al final perdemos todos.
Manjar
¿Conoce
usted a la señora Nereyda Saldaña Gallegos, la que maneja la lana del Sindicato
Único de Trabajadores del DIF Municipal de Tuxtla Gutiérrez (Sutdif)?, me
preguntó ayer una persona mientras saludaba a un amigo en un conocido restaurante
del norte poniente de la ciudad. —La ubico desde Juan Sabines. Incluso quiso
ser diputada por el PAN, respondí con una sonrisa a mi interlocutor. —Debería
indagar bien sobre su negocio del sindicalismo, me sugirió antes de despedirse
de mano. Sonreí nuevamente, aunque no respondí. ¿Quién no sabe que se da la
gran vida costa de los sindicalizados que le han entregado su confianza? Quizá
la sugerencia, pienso, se deba al jineteo que dicen trae con el dinero del
Sutdif y que ella maneja a su antojo. Ya ahondaremos en la semana sobre este
escabroso asunto donde la señora Saldaña parece eternizarse en el puesto a
cambio de una postura servil. #GandulesPorDoquier
// La recomendación de hoy es el libro Ensayo
y Carta sobre la Tolerancia de John Locke y el disco Afterburner de
ZZ Top. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada
mejor qué hacer, póngase a leer.
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